Un suelo blanco. Un cielo azul. Un sol intenso. Posa tus pies sobre un mar de sal a 3.400 metros de altura. Sorpréndete en uno de los parajes más extraños y solitarios del país. Una llanura salada que se extiende en dos provincias y mide más de doscientos kilómetros cuadrados. Recórrela. Siente su inmensidad.
Quédate hasta el final del día y contempla su magia al atardecer.